Y, ¿qué pasó con los apócrifos?

Imagina esto: Una biblia con un agujero. Bueno, pues los libros apócrifos (Me refiero a Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1 y 2 Macabeos. Y los siete últimos capítulos de Ester: 10:4-16:24; así como los capítulos de Daniel 3:24-90; 13; 14), o los libros deuterocanónicos (que es como los prefiero llamar), son ese agujero. Y sí, así están muchas versiones de la Biblia hoy en día. Quizá no lo sabías, pero desde el 1934, los luteranos siempre tuvieron los libros deuterocanónicos en sus biblias, hasta que llegaron a Norte América y empezaron a hablar inglés. Continúa leyendo Y, ¿qué pasó con los apócrifos?

¿Cómo hacer la confesión? Solo hazlo

Las palabras de Jesús

Lo primero que se necesita para hacer la confesión es la fe. Esa fe se basa en las palabras que Jesús habló a los apóstoles. La primera de estas palabras es el regalo a San Pedro:

“Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos «(San Mateo 16: 18-19)  Continúa leyendo ¿Cómo hacer la confesión? Solo hazlo

5 pruebas a favor de la Presencia corporal de Cristo en la Eucaristía

Los luteranos enseñamos y confesamos con toda firmeza que lo que recibimos en la Eucaristía son el verdadero cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo. Nuestras confesiones condenan a los sacramentarios que niegan que Cristo esté presente en el sacramento y que sostienen que en la Cena solo se recibe pan y vino. Sin embargo, el aferrarse a las palabras de Cristo, es lo que bota cualquier herejía en contra del sacramento del altar. El padre Jordan Cooper nos presenta 5 pruebas a favor de la presencia corporal de Cristo en el sacramento, las cuales explicaré brevemente.  Continúa leyendo 5 pruebas a favor de la Presencia corporal de Cristo en la Eucaristía

Si el Bautismo salva, ¿qué pasó con el ladrón de la cruz?

(Artículo Segundo: El Sacramento del Santo Bautismo).

Ciertamente tú no puedes ser salvo, si dices creer en Jesús y desprecias el santo bautismo y te rehúsas a ser bautizado. Realmente hay un error muy grande allí.

El ladrón de la cruz fue salvo, porque tuvo fe en Jesucristo, aunque no fue bautizado. Pero él no fue bautizado porque no tuvo la oportunidad, no porque no haya querido. Seguramente si él no hubiera estado en esa situación habría sido bautizado, como lo sucedió con otras personas según relata la Escritura .

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¡El Bautismo que ahora los salva!

(Artículo Primero: El Sacramento del Santo Bautismo).

¿Qué es el sacramento del santo Bautismo?
El Bautismo no es simple agua solamente, sino que es agua comprendida en el mandato divino y ligada con la Palabra de Dios.
¿Qué Palabra de Dios es ésta?
Es la Palabra que nuestro Señor Jesucristo dice en el último capítulo del Evangelio según San Mateo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo» (Mateo 28:18-20).
¿Qué dones o beneficios confiere el bautismo?
El Bautismo obra perdón de los pecados, redime de la muerte y del mal y da la salvación eterna a todos los que lo reciben y creen, tal como se expresa en la Palabra y las promesas de Dios. 
¿Qué palabras y promesas de Dios son éstas?
Son las que nuestro Señor Jesucristo dice en el último capítulo de Marcos: «El que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» (Marcos 16:16).
¿Cómo puede el agua hacer cosas tan grandes?
El agua en verdad no las hace, sino la Palabra de Dios que está con el agua y unida a ella, y la fe que confía en dicha Palabra de Dios ligada con el agua, porque sin la Palabra de Dios el agua es simple agua, y no es Bautismo; pero con la Palabra de Dios sí es Bautismo, es decir, es un agua de vida, llena de gracia, y un “lavamiento y renacimiento en el Espíritu Santo”, como San Pablo dice en Tito: «Cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, Él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna» (Tito 3:4-7). Palabra fiel es ésta Continúa leyendo ¡El Bautismo que ahora los salva!

Los Luteranos NO creemos en la Consubstanciación.

Por Ariel Alvarez

La Cena del Señor tiene diferentes nombres: Santa Comunión, la Eucaristía, el Sacramento del altar, la Misa, el partimiento del pan, la Santa Cena, etc. independientemente de qué término se utilice para nombrar esto, se hace referencia al sacramento del pan y el vino instituido por Cristo mismo, según el relato de los Evangelios sagrados.
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El Santo Bautismo en caso de emergencia

El bautismo es un sacramento el cual es tarea de administrar de un ministro cristiano ordenado, llámese pastor, cura, obispo, etc. Generalmente en las iglesias sacramentales se solicitan padrinos para que ayuden con la instrucción cristiana del recién bautizado. Un cirio que representa la luz de Cristo y algún otro detalle.
Pero, aunque es tarea de un ministro ordenado, en caso de emergencia cualquier cristiano bautizado puede y debe impartir el sacramento.

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